domingo, 31 de diciembre de 2006

Feliz último día del año.



Es lo que toca.

Felicitar el año a toda la gente que conocemos, apreciamos o veneramos como si el resto de los 365 días del año nos importara un carajo lo que hacen esas mismas personas. Pues no, me sigue importando lo que hace toda esa gente el resto del año. Por eso yo os voy a felicitar únicamente el último día del año (incluyo madrugada), el día 31 de diciembre del 2006. Para todo este día os deseo:

- Una buen rollo generalizado con vuestra gente allá donde os encontréis.

- Una de esas cenas en las que no puedas dejar de comer porque todo sea absolutamente delicioso.

- Un buen programa en la tele en el que podamos recordar, ni que sea de refilón, lo que nos llegábamos a reír con esos especiales de Martes y trece de fin de año.

- Una gran fiesta de noche vieja en la que por una vez en la vida consigamos triunfar y empezar el año en un sitio calentito...

- Una buena música allí donde nos encontremos, o en su defecto, que los discos de Bisbal y compañía se hayan formateado por arte de magia.

- Una priva y unas drogas de calidad que no nos den ningún mal viaje

- Y una resaca moderada el día de mañana; la suficiente para hacernos recordar lo bien que lo pasamos y lo jóvenes que todavía somos.

Y como foto, un sitio magnífico en el que pasar el último día del año y, probablemente, un sitio maravilloso en el que poder pasar toda una vida...

Para todos vosotros, feliz 31 de diciembre del 2006!!!!

martes, 26 de diciembre de 2006

Cómo aprender a cagarla. Primera parte




Ya vuelvo a estar presente después del parón navideño.
Sigo siendo pobre (de la lotería mejor no hablemos). Con una familia que me quiere un montón a la que cada año se le añaden nuevos miembros en forma de pequeñas criaturas humanoides que espero paguen mi pronta jubilación. Con unos amigos que no me merezco: inteligentes, sensibles, divertidos, guapos/as, y con una paciencia infinita demostrada empíricamente ya que me soportan sin rechistar. Y mi nuevo portátil. Sí, mi nuevo laptop que ha salido de las excreciones en forma de reciclaje navideño del típico hermano potentado que hace la típica "limpieza de trastos" en la típica Navidad. En serio, agradezco su brutal generosidad y sus no menos brutales consejos como el de invertir todos mis ahorros en fórum filatélico... ¡Gracias tete!

En realidad, la génesis de este post tiene el propósito de exorcizar los momentos embarazosos que a todos nos ocurren, pero que a mí, últimamente se me multiplican por doquier (Sí, tú, saca el puto muñeco de mi persona del congelador que ya cansa. Plasta de los cojones...)
En una semana he sufrido en mis propias carnes tres momentos de los que yo y una buena amiga definíamos como "Momentos Larry David", en homenaje al genial (y este sí que es bueno de verdad) creador de la telecomedia Seinfeld y de una de los mejores series de la HBO de este milenio que empieza, Curb your enthusiasm . No os voy a explicar de qué va la serie, ya que estaría pisando mis propios posts. Simplemente os daré un par de pinceladas del argumento: nos metemos en la vida de Larry David, guionista y productor de series y "shows" en EEUU, en su vida cotidiana por Los Angeles y en las situaciones embarazosas y complicadas que se encuentra por azar o no, entorno a si mismo y a los que le rodean. La serie, con un formato a medio camino entre el reality y la ficción, muestra como no hay nadie en el mundo que la cague mejor que él ante cualquier situación. Todas sus reuniones, sus contactos laborales, las relaciones con sus vecinos, amigos, familia etc. acostumbran a ser desastrosos y a volverse en su contra. Los malos entendidos se cruzan en su vida, y ese hecho genera una comicidad absoluta. Vamos, que te partes la caja viendo como en cada capítulo, el bueno de "La", intenta salir airoso de estos momentos embarazosos y absurdos que la vida te depara .

Pues bien, yo he tenido tres momentos Larry David esta semana. Os los relataré en orden ascendente de penosidad:

- Medalla de bronce: Barcelona 24 de diciembre de 2006, cena de navidad con hermanos, hermanas y una nueva categoría de familiares que son los consuegros de mis progenitores.
Defino consuegro: personaje mayor, cojo y falto de algunas de las principales habilidades motrices, que se sienta en una mesa y no dice nada en toda la noche. Allí estaba yo. No se me ocurre otra cosa que hacer que coger la muleta del venerable anciano y ponerme a bailotear con ella para arrancar unas sonrisas a mi preciosa sobrina. Ella rie y requeteríe, yo me voy animando. Los espamos de mi cuerpo con la muleta cada vez son más osados hasta que ¡¡¡CRACK!!!, el extraño bastón en forma de muleta se deshace en mil pedazos delante de la mirada atónita de toda mi familia y del usufructuario de la herramienta. La muy jodía... La carcajada de mi sobrina fue de las que hacen retumbar las paredes. Yo casi me parto la piñata contra el sofá por culpa de mi desiquilibrio corporal en el momento de la desintegración, pero consigo mantenerme estable. Cuando recobro el sentido de la realidad, mi boca sólo consigue articular un lastimoso "lo siento" como si tuviera los 8 años de la niña que era objeto de mis monerías. Las buenas formas predominaron en todos los presentes excepto en la mirada asesina de mi hermano. Después me enteré que la muleta en cuestión es un modelo ortopédico jodidamente caro y que la reparación, si es posible ( yo diría que después de cómo quedó el cacharro es inviable...),cuesta un pastón. Así que, ya tengo a otra persona a la que añadir en mi lista de distribución de regalos navideños...

Medalla de Plata: Manifestación por una vivienda digna, Barcelona 23 de diciembre de 2006. Iba yo tan ufano manifestándome con mis alegres compañeros sin piso, ya sabéis, gente de 0 a 99 años de edad como vosotros, y me dedicaba a leer los graciosos carteles y pancartas que se curra el personal para combatir esta nueva lacra social. También pasaba el rato mirando en babia las fachadas de los edificios como es habitual en mi, cuando en ese preciso instante ¡¡¡ZAS!!!, sin saber cómo, me encuentro tirado en el frío asfalto, con una postura más parecida a la de Marichalar cuando se ahostia que a la de una persona que le preocupan los problemas de los jóvenes como yo. Ahí estaba, al lado de un asquero hoyo de árbol, pero sin árbol... De hecho, si hubiera existido el árbol no se me habría torcido el tobillo ya que mi perfecta visión periférica hubiera captado el peligro antes que apareciese. Imaginaos: risotadas en general y guirigai colectivo. No os voy a contar la parte más escatalógica del asunto que fue caer a pocos centímetros de ciertas cosas que no voy a mencionar por el buen gusto de mis lectores... Ya en el suelo, esperando a que los mossos empezasen a apalearme, se me acerca una chica de la mani con el descojone dibujado en su rostro diciéndome, "¿te ayudo?". Yo la miraba con cara de cordero degollado y un agudo dolor en el tobillo. Con toda la dignidad posible en una situación como esa, me levanté y le contesté cojeando: nada, nada, no pasa nada, jejejeje...! Con una de esas risas estúpidas que suele aparecerte cuando estás obligado a reír en situaciones que en realidad no te han hecho ni puta la gracia.

Medalla de oro: Barcelona 21 de diciembre del 2006. Fiesta del 60 aniversario de la editorial Edhasa en la biblioteca Jaume Fuster. ¿Invitados? Toda la plana mayor del sector del libro y de la edición de este país, gente guay en general y profesionales del gorroneo del catering (principalmente yayetes de lo más espabilados con los que he coincidido en más de un sarao). En una sala abarrotada de gente me encuentro charlando amigablemente con compañeros de trabajo en un corrillo típico de estas situaciones. Reconozco que tengo la manía de tambalearme ligeramente en estos momentos de desenfado etílico, vamos que no puedo estarme quieto. De pronto, en medio de uno de mis hipnóticos tambaleos noto una extraña y brusca fricción con algo o alguien a mi espalda. Copa en mano, me doy la vuelta y me encuentro al auténtico "pope" de los editores en catalán, Jaume Vallcorba, limpiándose su espléndido chaleco de una mancha descomunal de vino que le chorrea hasta llegar al suelo. De nuevo, percibo el rumor de una risotada general entre mis solidarios compañeros de gorroneo. Fueron tres disculpas las que tuve que decir hasta que el ilustre editor se dignase a emitir algún sonido gutural en su boca. Algo así como: mmmmfffff...tttsssss...jodeeeeerrr..... Evidentemente dejé de disculparme y me giré para que la gente que me acompañaba pudiera observar el rojo bolchevique que inundaba mi rostro. Mientras, para mí mismo sólo conseguía pensar: la has cagada tío! La has cagaaaaaaaaaaaado!!!! En fin, abriéndome puertas en el sector como dicen algunos...

Y esos son tres momentos memorables que pasarán a los anales del 2006 entre muchos otros, con la peculiaridad que los tres han ocurrido esta semana. Así que, como podéis comprobar, no hace falta que os dejéis vuestra pasta y vuestro tiempo en pelis absurdas, series que no hacen gracia o drogas que alteren la percepción de vuestros sentidos. Simplemente pasar una semana conmigo y comprobaréis que la mala suerte existe... Eso sí, echarle un vistazo al estupendo video que os linqueo. Uno de los momentos más grandes de uno de los más grandes.

viernes, 15 de diciembre de 2006

Qué tendrán los euros... Oh!!! Qué tendrán....


Desde niño siempre me he preguntado qué se debe sentir siendo millonario.
Esa pregunta aparece con mucha más insistencia cuando las calles apestan a Navidad. Entoces, esa parte materialista de mi persona, tal vez la única, aflora con más fuerza que nunca: ensoñaciones infantiles (y adultas también) como quedarse encerrado en El Corte Inglés, arrasar la sección de DVD del fnac o comprar directamente la Biblioteca de Alejandría al golpe de talonario, se convierten en deseos que únicamente mi estancia en régimen de tercer grado en la Modelo junto a mi inseparable compañero de palos "Dieguito el malo" impiden que se haga realidad...

La reciente noticia de dos empresarios que han vendido sus respectivas empresas por un pastón totalmente indecente vuelve a poner de manifiesto mi imperiosa necesidad de huir de las garras del mileurismo y convertirme en un respetable seismileurista con casa, chófer, plasma de 4000 pulgadas y conexión a internet en los 6 lavabos de mi dúplex de 500 metros cuadrados...
Aunque la verdad sea dicha, últimamente estoy controlando más de lo debido mi temida pulsión consumista. No es que me patee el sueldo cada mes... Es que me lo pateo en aproximadamente 15 días. Por lo tanto, he llegado a la conclusión que necesito tener un jefe como John Caudwell, mejor aún, necesito ser John Caudwell, el majete empresario británico que donó a sus trabajadores la modesta cifra de 5 millones de euros a repartir entre toda la plantilla, después de venderse su empresa de móviles Phone4U.
No entro a valorar la personalidad de Mr. Caudwell, aunque todo parecía indicar que era un auténtico explotador: alérgico a los sindicatos, prohibió el correo electrónico a sus trabajadores, lo que me hace pensar en que si fuera mi jefe este magnífico post que estoy redactando se quedaría sin ver la luz celestial de blogger. Pero mira por donde, el más grande de los puteadores, (siempre ha de ser vuestro jefe compañeros, si no es así es que tenéis un problema), se convierte en el verdadero benefactor de gente como nosotros: tristes asalariados que algún día tendremos un sueño como el de John. Y reuniremos a todos nuestros colegas, familias, amiguetes, conocidos y población del purgatorio en general para decirles, "ei, troncos! Abrid este sobre mágico y, para quien quiera venir, os espero en el aeropuerto con dos billetes rumbo a _________ (insertar vuestras peticiones) dentro de 24 horas".

Y para eso sirve el dinero. Y para nada más...

lunes, 4 de diciembre de 2006

lunes, 27 de noviembre de 2006

El orgasmo mundial


No, no os penséis que aquí, el menda lerenda, se acaba de apuntar al campeonato del mundo de orgasmos. Sigo siendo tan tímido como siempre, aunque el verdadero motivo es que no quiero dejar a mis rivales en evidencia...

Me refiero al singular acto reivindicativo, recientemente publicado en la prensa mundial, sobre una pareja de pacifistas de California que ha convocado a la humanidad a un orgasmo mundial por la paz el día 22 de diciembre, fecha del solsticio de invierno. Y fecha más importante todavía para los súbditos del reino de España, pues quizá algunos de nosotros esté, unos días después, leyendo este carismático blog bajo la sombra de un cocotero en alguna playa perdida de Bali.

"Sí, !qué pasa!" debe decir la erótica pareja, "Somos super guays y en nuestro mailing list tenemos a 5000 millones de personas". O tal vez los motivos sean otros y la realidad sea que su vida social se esté volviendo rutinaria y necesiten buscar nuevas sensaciones con la colectividad: "¿Con quién has quedado este sábado? pues nada, con los de siempre, hoy toca orgía con toda la humanidad y parte del reino animal... Invito a copas y condones que acabo de cobrar..."

Según Donna Sheehan y su compañero de tropelías Paul Reffel la idea sería "efectuar un cambio de energía en la tierra mediante la inserción de la máxima carga posible de energía humana" (me encanta la expresión "inserción de la máxima carga posible").
El noble propósito de esta lúbrica convocatoria sería que toda "esta energía altamente concentrada" reduzca "los actuales niveles de agresión y violencia que hay en el mundo", lo cual me lleva a pensar que los maravillosos años hippies de California nunca han llegado a desaparecer...

Pues bien, la pregunta se hace más que obvia: ¿Alguien de vosotros, queridos homínidos, está dispuesto a seguir a la picarona pareja en su propósito? En esta sugerente página tenéis toda la información que necesitéis.
Vale, ya sé que nadie estará por la labor... Que como en la intimidad de vuestras casas y la sabiduría de vuestras parejas y manos no hay nada en el mundo, pero ¿os imagináis una sesión de coitos multitudinarios en medio de la Plaça Catalunya en plena locura consumista navideña? O mejor aún, ¿Por qué no podríamos ver a todas las figuras del pesebre viviente en plena follesca colectiva por la paz mundial? Sin duda, eso sí que representaría el verdadero espíritu de la Navidad y el triunfo más grande del cristianismo desde que a los dos iluminados del paraíso se les ocurriera cagarla y llevarnos a todos sus descendientes por el camino de la amargura...

Desde aquí os propongo que hagáis todo tipo de propuestas alternativas por la paz mundial, pero recordar que el "globalorgasm" ya está pillado....

miércoles, 22 de noviembre de 2006

Premi Llibreter. El quinto en discordia


Resulta de lo más gratificante cuando una de tus lecturas preferidas de este último año es premiada con un premio del prestigio del Llibreter.
El premio siempre se ha distinguido por apostar por autores poco conocidos pero de una calidad contrastada. Hoy mismo han anunciado la novela ganadora y el galardón ha recaído en El quinto en discordia del autor canadiense Robertson Davies que, como podéis comprobar en la foto, tiene una pinta de lo más curiosa, con un parecido más que razonable a Darwin, Valle-Inclán y el príncipe Kropotkin al mismo tiempo.
Yo me leí la novela hace unos meses y resultó todo un descubrimiento de aquellos que te hacen reconciliar con la buena literatura. La novela, primera parte de una trilogía, se centra en la vida de de Dunstan Ramsay, un niño de un pequeño pueblo perdido de Canadá que bajo el inofensivo juego de tirarse bolas de nieve con otro amigo suyo, Percy Staunton, desencadenará un incidente que repercutirá durante toda la vida en los tres personajes principales de la obra.
El relato retrocede desde la jubilación como profesor de instituto del protagonista hasta su niñez y está contado en forma de memoria personal. Comienza con el accidente de la bola de nieve y sigue con la adolescencia y juventud, la terrible experiencia de la Primera Guerra Mundial, que le convierte en minusválido, la vuelta a Canadá, la dedicación a la enseñanza, el reencuentro con un millonario y prohombre de la sociedad canadiense como Percy Staunton a cuya sombra se acoge y parasita, el descubrimiento de un inesperado Paul Dempster y, finalmente, se cierra el ciclo al regresar al inicio: una vida cumplida.

La historia, a parte de narrar a la perfección el contexto histórico de las dos guerras mundiales hasta los años 60 del siglo XX, es de aquellas que te hace meter todos tus sentidos en la lectura. Dentro de un estilo clásico de narración, se nos hace muy moderna y entretenida. A pesar de ser una novela que podríamos definir como "seria", la narración está plagada de un dramático sentido del humor, una fina o no tan fina ironía y una imaginación desbordante para crear situaciones inverosímiles, divertidas pero a la vez profundas, y que transmiten algo que llamaría, sin querer ser pedante, un cierto sentido de la vida, un manera de expresar qué cojones estamos haciendo en esta bola de piedra que gravita alrededor de una estrella...

Pues nada amigos, una lectura de lo más recomendable para los que os guste este noble vicio de leer páginas, y que a a partir de ahora empezaréis a encontrar montañas de libros de "el quinto..." en las librerías, en los supermercados, en los sex shops y en las salas de espera de vuestros queridísimos terapeutas...

lunes, 20 de noviembre de 2006

Animales de compañía: la pulga


No soy un gran amante del mundo animal. Ellos me respetan y yo mantengo mi escoba a una prudencial distancia de sus peludos cuerpos. Pocas experiencias positivas he tenido con la fauna urbana que puebla nuestras ciudades; perros, gatos, palomas, ratas, escarabajos, taxistas y gente con uniforme siempre me han resultado igual de molestos.
Aunque reconozco una breve etapa de flirteo con el mundo gatuno, de la cual saqué dos importantes conclusiones: 1.- El gato siempre te puede servir como una utilísima mopa para limpiar el suelo de los pisos. 2.- El gato, a pesar de su aparente limpieza, contiene más bichos en su ser, concretamente pulgas y demás parásitos ( y no me refiero a jóvenes de 30 años sin piso y con trabajos precarios) que los que pueda pillar una ballena gris navegando otros 30 años por el Atlántico Norte.
Pues bien, la semana pasada tuve la desgracia de contemplar como a una compañera de trabajo le habían picado unas pulgas salvajes que habían llenado su femenina pierna, de los tobillos a la rodilla, con unas ronchas rojas realmente repulsivas. Me supo muy mal por ella pues tuvo que ir al médico preocupada por su estado y sus picores. Sin darle ninguna importancia el doctor le dijo: Ah! Son picaduras de pulgas, no se preocupe! póngase esta pomada y se le curarán. De inmediato sacó la conclusión que mi compañera de oficina trabajaba en una ámbito laboral donde había animales. Ella le explicó que no, que trabaja en una oficina en pleno centro financiero de Barcelona y que las pulgas le habían picado en la oficina. Cuando llegó al curro rápidamente se extendió el bulo entre los sufridos trabajadores de que una plaga de pulgas estaba atancando el mismo corazón de la empresa, sin duda, envíada por malignos emisarios de la competencia. Los picores y espamos musculares entre mis compañeros y compañeras empezaron a producirse al instante y una histeria colectiva se apoderó de 30 seres humanos provocada por un animal que mide menos de un milímetro y pesa nanogramos... Unos cuantos valientes actuaron rápidamente; se pusieron manos a la obra y decidieron que una fumigación de urgencia eliminaría el problema de raíz. Otros, todavía más valientes (entre los que me incluyo), se fueron al bar a pasar el resto de la jornada laboral reflexionando sobre una estrategia de ataque más eficaz...
La sorpresa ha sido cuando esta mañana, al entrar en la oficina, un montón de animalitos tan urbanos como nosotros, con el mismo derecho a vivir que nosotros y con la misma mala hostia que nosotros, corrían histéricos y asustados por los pasillos y despachos, ya que, nosotros, los animales superiores, los seres racionales, la máxima expresión de la naturaleza habíamos echado a esos inofensivos bichos de su ecosistema y ellos, sabiamente, habían decidido ocupar el nuestro hasta nuevo aviso...


Así que seguiré rascándome... Hasta el infinito y más allá...

miércoles, 15 de noviembre de 2006

Little Britain


Hacía bastante tiempo que no llegaba a ninguno de nuestros culturales canales de televisión alguna serie inglesa que fuera más o menos aceptable. Muchos de vosotros recordaréis con grandes dosis de nostalgia, pasión y descojone colectivo míticas series de la pérfida Albión estupendamente escritas, producidas e interpretadas como The young ones (Els joves), Black Adder (l'escurçó negre) o Fawlty Towers (L'hotel fawlty). Eran comedias caóticas y punkies, desmitificadoras de la Historia y que supuraban ironía y crítica social en clave de humor hasta límites insospechados. Todas ellas fueron emitidas con gran éxito en los inicios de TV3 y sus personajes junto con el genial humor que destilaban, marcaron el imaginario colectivo de una generación en la cual me incluyo con orgullo y pena a partes iguales. Pues bien, los que admirábamos esa clase de series, de humor y de tontería crónica estamos de enhorabuena. Desde hace cierto tiempo, Canal + está emitiendo una serie buenísima, irreverente, llena de parodia y sátira de todo lo políticamente correcto en la Gran Bretaña posmoderna.

Little Britain es una serie de gags seguidos sin ningún nexo entre ellos. Una voz en off nos sitúa en la vida cotidiana del país, sus gentes y sus costrumbres en general. Dos cómicos buenísimos, Matt Lucas y David Williams, interpretan toda una galería de personajes estrambóticos pero perfectamente identificables en nuestras vidas: un falso minusválido que va en silla de ruedas por pura pereza, un gay orgulloso en un pueblo perdido de Gales, una obesa monitora de terapias de adelgazamiento, una inútil secretaria de banco y agencias de viaje y muchos otros son los brutales personajes de la comedia.

Pue bien, desde mi humilde zulo os recomiendo una buena sesión de risoterapia viendo, por fin, algo en la tele bueno de verdad. Sí, lo sé, es muy fácil criticar a la tele, y también sé que hay series y programas excelentes pero últimamente por la mayoría de ellos hacen pagar... Hacerme caso y ya veréis como cuando salgáis a la calle después de ver un capítulo pensaréis en esos venerables ciudadanos como vosotros de otra manera.

No os arrepentiréis...


Cualquier tiempo pasado fue peor


Antes de nada, os pido perdón por mi larga e injustificada ausencia del mundo blog. Muchos han sido los motivos y excusas que os he ido dando a las miles y miles de personas que reclamaban, ¿qué digo reclamaban? Exigían, suplicaban y se avalanzaban sobre mí en cualquier esquina de la ciudad pidiéndome de una maldita vez el famoso post, el POST en mayúscula, la madre de todos los post's, el SUPERPOST!!! Pues aquí lo tenéis! La sabiduría popular pocas veces se equivoca y, efectivamente, lo bueno se hace esperar. Nunca mejor dicho como en mi caso, pues voy a empezar con algo de lo que verdaderamente me siento bastante cualificado: el arte de destripar, destrozar, criticar y no dejar títere con cabeza de todo aquello que no me gusta, que me produce picor, que me pone de mala leche, los pelos de punta, que me estafa, o que simplemente no soporto.
¿Y porqué no empezar por la musica? Sí amigos, la música y las bandas de música. Ese extraño mundo del pop, del rock, del heavy, del tecno y de la zarzuela. De los grupos y de los conciertos, de las discotheques y de Glenn Medeiros Un mundo donde la gente mitifica sus gustos hasta la locura, y lo malo o lo mediocre se puede convertir en sublime gracias a los gritos histéricos de unos cuantos fans integristas. Una buena canción esporádica, un buen disco entre más de 20, o unos buenos publicistas pueden ser determinantes para hacerte caer en la trampa... En la trampa de comprarte durante tu tierna adolescencia toda la discografía de un grupo, creyendo que jamás existirá nada tan bueno, que la inversión económica que haces en la compra de cd's (era otra época) es infinitamente más productiva que comprar acciones de Google o Iberdrola (por cierto, subirán...). Que el grupo en cuestión y su líder es algo parecido al advenimiento del mesías en forma de rokero. Sí, no hay duda, eso es lo que le pasó a un servidor con un nefasto grupo de música llamado U2 que marcó mi protoadolescencia, mi adolescencia y mi postadolescencia y que me sigue persiguiendo en sueños por pasillos oscuros...
Lo siento por los que todavía os guste la banda irlandesa, sé que soys legiones (ya cambiaréis...), pero creo que no me equivoco cuando os digo que los cuatro de Dublín son una de las mayores estafas de la historia de la música. U2 responde al típico grupo que en un primer momento te puede apasionar, seducir su estética, su música y su estilo; sobretodo cuando eres joven y inocente, y lo único que quieres es ser guay. Pero conforme van pasando los años esos temas que te parecían maravillosos, se van convirtiendo en canciones de lo más simples, donde todos los acordes te van sonando a otra música mucho mejor que la de ellos. Con el tiempo vas viendo que las gafas de Bono no son nada cool, sino totalmente horteras. Que el álbum "Pop" es de los peores de la historia de la música (bueno, reconozco que tal vez algo de Enrique y Ana sea peor). Que copian descaradamente en sus videos a otros grupos como es el caso de "where the streets have no name". Que ellos mismos se autoparodian volviendo a grabar otro video igual, hace poco (no sé para qué canción, pero... ¿qué importa?). Que destrozaron canciones tan hermosas como "I cant’t help falling in love with you” o “Knocking on heavens door”. Que no paran de aparecer libros y biografías sobre U2 con la de música fantástica que hay por el mundo. O que el ultrapasteloso hit de los 80 con el que muchos de nosotros crecimos "With or without you" , Dios! es peor que comerse tres barras seguidas de turrón de Xixona!
En fin podría seguir hasta el infinito, pero voy a parar aquí, aunque creo que con Coldplay me volverá a pasar lo mismo. Seguro que algunos de vosotros tenéis también unas cuantas razones para amarlos o detestarlos. Todas serán bienvenidas, eso os lo aseguro. Incluso estaría dispuesto a cambiar de opinión.

I will follow...