miércoles, 26 de septiembre de 2007

Plagas del siglo XXI: segunda parte


Una vez más me adentro en el sórdido mundo de la creatividad humana.
Lo hago por vosotros. Por el bien de los niños y niñas de hoy en día, y sobretodo, por el buen ver de las mujeres del mañana... Futuras generaciones inocentes a las que tengo el deber moral de advertir sobre los peligros que azotan nuestro porvenir como especie en este enajenado mundo perruno.

Mi profundo respeto por el buen gusto, las regias costumbres y la música de Camela hacen que mi sensible percepción social no digiera determinados hábitos de la conducta homínida que agreden diariamente a mis sentidos.
Porque os advierto, hemos de encontrar una pronta solución antes de que todo esto nos coma. No podemos seguir viviendo de espaldas a la realidad. En un asunto de esta envergadura no hay término medio. Ya os advertí hace unos meses: o las plagas, o nosotros. Vosotros decidís...

- Los jod**os imanes en forma de supositorio.
¿Los habéis visto? Tienen forma ovalada o redonda, y van de dos en dos. ¿En serio que tirar estas piedras al aire setecientas ochenta y seis veces al día es la rehostia de divertido? ¿Y oír el tintineo de su roce es un placer próximo al orgasmo? ¿Habéis probado con el viejo pero efectivo plástico de bolas para embalar? ¿Y leer a Luis Racionero, quizás?

- La nueva costumbre de poner nombres de origen vasco a personas nacidas en Matadepera o Almendralejo.
¿Se os ha pasado por la cabeza que no queda muy bien llamar a ese tierno garbancillo/a Zígor López Castaño, Íker Capdevila i Morató o Naroa Pérez Sánchez? Todos estos nombres quedan bien con apellidos del tipo Agirre, Zenarruzabeitia, Rekarte etc. Aguerridos y contundentes. Cargados de fonemas fricativos. Pero no a vosotros, hombre, no a vosotros...

- El nuevo arte del siglo XXI: El aerógrafo.
Este verano, haciendo trabajo de campo por la costa Mediterránea, me he encontrado numerosas muestras de lo que los nazis llamaban "arte degenerado". Y no tiene nada que ver con Kandinsky, ni con Munch, ni con Carlos Saura... Se trata de esos ¿cuadros? que hace un tío con aerosoles en pleno paseo marítimo, ataviado con una máscara antigás, y que, probablemente, hace una semana estaba pintando un vagón de metro en Cornellà Centre. Os aseguro que estos cuadros tóxicos se venden como churros a un precio nada despreciable. Egipto, el Cosmos, Pamela Anderson o los tres conceptos al mismo tiempo acostumbra a ser la iconografía más solícita. El resultado artístico podríamos equipararlo al de la poesía en las letras de Enrique Iglesias...

- El agua de las duchas.
Vamos a ver, colegas fabricantes de grifería, calentadores i la mare que els va pa**r... ¿Es realmente necesario que, cuando te estás pegando una apetecible e incluso necesaria ducha, por el grifo salga una vez fuego y otra vez témpanos de hielo? Ya pueden ser casas particulares, hoteles de mil estrellas o el palacio de Buckingham. ¿Por qué lejos del hogar nunca me puedo pegar una ducha en condiciones sin haber estudiado en profundidad el sistema de tuberías, regatas, instalación del gas y los refugios nucleares en caso de ataque atómico? ¿Tan difícil es abrir el grifo en el medio y que el agua sea el líquido elemento y no vapor o cubitos? Si ya lo decía Aristóteles hacen 2300 años: el término medio Alejandro, el término medio...

- Y por último la mayor plaga. Inadmisible a todas luces, y a la que los habitantes de este rincón de Europa tenemos que hacer frente día a día:
¿Por qué cualquier extranjero del gueto más perdido, de la ciudad más recóndita de Europa tiene un nivel de inglés ochenta veces superior al mío? ¿Alguien me lo puede explicar? ¿Qué le digo yo a mis padres de toda la pasta que se han gastado en academias y cursillos? ¿Y lo de comprarme un ordenador para aprender inglés?. Sólo me queda imitar al insigne doctor Fronkonstin y admitir que, "¡NO QUIERO VIVIR, NO QUIERO VIVIIIIIRRR!!!

Espero que aportéis vuestras repulsiones diversas que serán escuchadas y jaleadas con todos los honores... Eso sí, que nadie me diga que lee libros de Penguin con asiduidad porque habrá perdido un amigo.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Dignidad


Nunca sabes las emociones que puedes llegar a sentir cuando coges un DVD, lo pones en la rajita del aparato y aprietas el "eject". Después de ese mágico momento de cosquilleo estomacal, se acostumbra a dar paso a un par de horas de:
- Entretenimiento
- Alegría
- Indiferencia
- Sopor
- Sueño
- Nervios
- Furia
- Erección y/o lubricación (en el caso de que haya usted puesto "La banana mecánica" y sea hombre, mujer o ambas cosas al mismo tiempo)

El caso es que puse el devedevedé de La vida de los Otros y toda la grandeza de un arte llamado cine me golpeó con la fuerza de un tsunami. Una maravillosa historia de amor, dignidad, justicia, respeto, rebeldía y libertad se disponía a entrar en mi vida.

Gerd Wiesler, un capitán extremadamente competente de la Stasi es encomendado para que espíe a una pareja formada por el dramaturgo Georg Dreyma y la actriz Christa-Maria Sieland en la RDA de los años 80.
Bajo esta premisa inicial, vemos la evolución de un personaje en principio puntilloso, perfeccionista, recto y, sobretodo, sumiso y obediente a la injusticia enquistada en la naturaleza de un sistema político, del que poco después se rebelará en uno de los arrebatos de dignidad más bellos y bien contados que se han conseguido narrar en la historia del cine.
Es una historia de la grandeza y miseria del ser humano. La decadencia de un sistema político paranoico con sus semejantes. Toda una reflexión sobre la libertad pero que en absoluto se hace tediosa, sino que emplea todos los mecanismos de las buenas pelis, tocando las teclas adecuadas en cada momento, sin que la trama rechine, sin forzar emociones, sin excesos dramáticos, haciendo que todo encaje a la perfección.

El trabajo de los actores es sencillamente acojonante. Ulrich Mühe, amigos, es, sin exagerar, un jodido genio de la interpretación. La manera en que muestra la minuciosidad que aplica a su trabajo y el amor y el respeto que emana hacia sus victimas, incluso sin una línea de diálogo, es lo mejor que he visto en mucho tiempo.

Sin duda alguna, la mejor película del 2006. Una maravilla de esas que va ganando a medida que transcurren las horas, los días y las semanas, y que vista con perspectiva revela toda la virtud de su bestial humanidad.

Y si queréis comprobar que soy una persona diferente después de ver La Vida de los Otros que alguien me diga a la cara que hay una película mejor que le meto un paquete y lo envío al Gulag cagando leches...

jueves, 13 de septiembre de 2007

Minutos musicales

Si todavía queda alguien por aquí, ¡no sé vaya todavía! Después de los problemas técnicos sufridos por el demiurgo de este blog, causados por un virus aún más letal que el ébola llamado "vaguería extrema", me dispongo a reanudar mi tarea de intoxicador internáutico.

Sin más, les dejo con NOFX, otro de esos grandes grupos de único disco con el que el menda se marcó algún que otro pogo en sus tiempos mozos. Pero no se preocupen, era otra época y ya se me pasó. Ahora sólo vibro con las lorzas de Britney Spears...



Coming soon in, Are you John Wayne? DIGNIDAD