viernes, 21 de septiembre de 2007

Dignidad


Nunca sabes las emociones que puedes llegar a sentir cuando coges un DVD, lo pones en la rajita del aparato y aprietas el "eject". Después de ese mágico momento de cosquilleo estomacal, se acostumbra a dar paso a un par de horas de:
- Entretenimiento
- Alegría
- Indiferencia
- Sopor
- Sueño
- Nervios
- Furia
- Erección y/o lubricación (en el caso de que haya usted puesto "La banana mecánica" y sea hombre, mujer o ambas cosas al mismo tiempo)

El caso es que puse el devedevedé de La vida de los Otros y toda la grandeza de un arte llamado cine me golpeó con la fuerza de un tsunami. Una maravillosa historia de amor, dignidad, justicia, respeto, rebeldía y libertad se disponía a entrar en mi vida.

Gerd Wiesler, un capitán extremadamente competente de la Stasi es encomendado para que espíe a una pareja formada por el dramaturgo Georg Dreyma y la actriz Christa-Maria Sieland en la RDA de los años 80.
Bajo esta premisa inicial, vemos la evolución de un personaje en principio puntilloso, perfeccionista, recto y, sobretodo, sumiso y obediente a la injusticia enquistada en la naturaleza de un sistema político, del que poco después se rebelará en uno de los arrebatos de dignidad más bellos y bien contados que se han conseguido narrar en la historia del cine.
Es una historia de la grandeza y miseria del ser humano. La decadencia de un sistema político paranoico con sus semejantes. Toda una reflexión sobre la libertad pero que en absoluto se hace tediosa, sino que emplea todos los mecanismos de las buenas pelis, tocando las teclas adecuadas en cada momento, sin que la trama rechine, sin forzar emociones, sin excesos dramáticos, haciendo que todo encaje a la perfección.

El trabajo de los actores es sencillamente acojonante. Ulrich Mühe, amigos, es, sin exagerar, un jodido genio de la interpretación. La manera en que muestra la minuciosidad que aplica a su trabajo y el amor y el respeto que emana hacia sus victimas, incluso sin una línea de diálogo, es lo mejor que he visto en mucho tiempo.

Sin duda alguna, la mejor película del 2006. Una maravilla de esas que va ganando a medida que transcurren las horas, los días y las semanas, y que vista con perspectiva revela toda la virtud de su bestial humanidad.

Y si queréis comprobar que soy una persona diferente después de ver La Vida de los Otros que alguien me diga a la cara que hay una película mejor que le meto un paquete y lo envío al Gulag cagando leches...

2 comentarios:

Josep Maria Augé dijo...

Amic Q, per primer cop coincidim plenament en termes cinematogràfics: la millor peli del 2006, La vida de los otros.

Recordo haver entrat al cinema amb certs dubtes i vaig sortir esplendorós i hipnotitzat per la visualització de la pel·lícula, a més de coincidir plenament amb els meus acompanyants, un dels quals salva una peli a any a tot estirar...

Em trec el barret i callo...

Quoèlet dijo...

Bé, tampoc és que tinguem gustos tant dispars. Estarà d'acord amb mi en l'admiració que tenim a fenòmens cinematogràfics com megavixens o megaconstrucciones...

La veritat és que la peli és bona de collons i reconeixo que vaig tenir un moment esplendorós de llacrimeig incontrolat amb l'escena final i l'enorme últim diàleg:

- ¿Se lo envuelvo para regalo?
- No, es para mí.

Gallina de piel...