lunes, 27 de noviembre de 2006

El orgasmo mundial


No, no os penséis que aquí, el menda lerenda, se acaba de apuntar al campeonato del mundo de orgasmos. Sigo siendo tan tímido como siempre, aunque el verdadero motivo es que no quiero dejar a mis rivales en evidencia...

Me refiero al singular acto reivindicativo, recientemente publicado en la prensa mundial, sobre una pareja de pacifistas de California que ha convocado a la humanidad a un orgasmo mundial por la paz el día 22 de diciembre, fecha del solsticio de invierno. Y fecha más importante todavía para los súbditos del reino de España, pues quizá algunos de nosotros esté, unos días después, leyendo este carismático blog bajo la sombra de un cocotero en alguna playa perdida de Bali.

"Sí, !qué pasa!" debe decir la erótica pareja, "Somos super guays y en nuestro mailing list tenemos a 5000 millones de personas". O tal vez los motivos sean otros y la realidad sea que su vida social se esté volviendo rutinaria y necesiten buscar nuevas sensaciones con la colectividad: "¿Con quién has quedado este sábado? pues nada, con los de siempre, hoy toca orgía con toda la humanidad y parte del reino animal... Invito a copas y condones que acabo de cobrar..."

Según Donna Sheehan y su compañero de tropelías Paul Reffel la idea sería "efectuar un cambio de energía en la tierra mediante la inserción de la máxima carga posible de energía humana" (me encanta la expresión "inserción de la máxima carga posible").
El noble propósito de esta lúbrica convocatoria sería que toda "esta energía altamente concentrada" reduzca "los actuales niveles de agresión y violencia que hay en el mundo", lo cual me lleva a pensar que los maravillosos años hippies de California nunca han llegado a desaparecer...

Pues bien, la pregunta se hace más que obvia: ¿Alguien de vosotros, queridos homínidos, está dispuesto a seguir a la picarona pareja en su propósito? En esta sugerente página tenéis toda la información que necesitéis.
Vale, ya sé que nadie estará por la labor... Que como en la intimidad de vuestras casas y la sabiduría de vuestras parejas y manos no hay nada en el mundo, pero ¿os imagináis una sesión de coitos multitudinarios en medio de la Plaça Catalunya en plena locura consumista navideña? O mejor aún, ¿Por qué no podríamos ver a todas las figuras del pesebre viviente en plena follesca colectiva por la paz mundial? Sin duda, eso sí que representaría el verdadero espíritu de la Navidad y el triunfo más grande del cristianismo desde que a los dos iluminados del paraíso se les ocurriera cagarla y llevarnos a todos sus descendientes por el camino de la amargura...

Desde aquí os propongo que hagáis todo tipo de propuestas alternativas por la paz mundial, pero recordar que el "globalorgasm" ya está pillado....

miércoles, 22 de noviembre de 2006

Premi Llibreter. El quinto en discordia


Resulta de lo más gratificante cuando una de tus lecturas preferidas de este último año es premiada con un premio del prestigio del Llibreter.
El premio siempre se ha distinguido por apostar por autores poco conocidos pero de una calidad contrastada. Hoy mismo han anunciado la novela ganadora y el galardón ha recaído en El quinto en discordia del autor canadiense Robertson Davies que, como podéis comprobar en la foto, tiene una pinta de lo más curiosa, con un parecido más que razonable a Darwin, Valle-Inclán y el príncipe Kropotkin al mismo tiempo.
Yo me leí la novela hace unos meses y resultó todo un descubrimiento de aquellos que te hacen reconciliar con la buena literatura. La novela, primera parte de una trilogía, se centra en la vida de de Dunstan Ramsay, un niño de un pequeño pueblo perdido de Canadá que bajo el inofensivo juego de tirarse bolas de nieve con otro amigo suyo, Percy Staunton, desencadenará un incidente que repercutirá durante toda la vida en los tres personajes principales de la obra.
El relato retrocede desde la jubilación como profesor de instituto del protagonista hasta su niñez y está contado en forma de memoria personal. Comienza con el accidente de la bola de nieve y sigue con la adolescencia y juventud, la terrible experiencia de la Primera Guerra Mundial, que le convierte en minusválido, la vuelta a Canadá, la dedicación a la enseñanza, el reencuentro con un millonario y prohombre de la sociedad canadiense como Percy Staunton a cuya sombra se acoge y parasita, el descubrimiento de un inesperado Paul Dempster y, finalmente, se cierra el ciclo al regresar al inicio: una vida cumplida.

La historia, a parte de narrar a la perfección el contexto histórico de las dos guerras mundiales hasta los años 60 del siglo XX, es de aquellas que te hace meter todos tus sentidos en la lectura. Dentro de un estilo clásico de narración, se nos hace muy moderna y entretenida. A pesar de ser una novela que podríamos definir como "seria", la narración está plagada de un dramático sentido del humor, una fina o no tan fina ironía y una imaginación desbordante para crear situaciones inverosímiles, divertidas pero a la vez profundas, y que transmiten algo que llamaría, sin querer ser pedante, un cierto sentido de la vida, un manera de expresar qué cojones estamos haciendo en esta bola de piedra que gravita alrededor de una estrella...

Pues nada amigos, una lectura de lo más recomendable para los que os guste este noble vicio de leer páginas, y que a a partir de ahora empezaréis a encontrar montañas de libros de "el quinto..." en las librerías, en los supermercados, en los sex shops y en las salas de espera de vuestros queridísimos terapeutas...

lunes, 20 de noviembre de 2006

Animales de compañía: la pulga


No soy un gran amante del mundo animal. Ellos me respetan y yo mantengo mi escoba a una prudencial distancia de sus peludos cuerpos. Pocas experiencias positivas he tenido con la fauna urbana que puebla nuestras ciudades; perros, gatos, palomas, ratas, escarabajos, taxistas y gente con uniforme siempre me han resultado igual de molestos.
Aunque reconozco una breve etapa de flirteo con el mundo gatuno, de la cual saqué dos importantes conclusiones: 1.- El gato siempre te puede servir como una utilísima mopa para limpiar el suelo de los pisos. 2.- El gato, a pesar de su aparente limpieza, contiene más bichos en su ser, concretamente pulgas y demás parásitos ( y no me refiero a jóvenes de 30 años sin piso y con trabajos precarios) que los que pueda pillar una ballena gris navegando otros 30 años por el Atlántico Norte.
Pues bien, la semana pasada tuve la desgracia de contemplar como a una compañera de trabajo le habían picado unas pulgas salvajes que habían llenado su femenina pierna, de los tobillos a la rodilla, con unas ronchas rojas realmente repulsivas. Me supo muy mal por ella pues tuvo que ir al médico preocupada por su estado y sus picores. Sin darle ninguna importancia el doctor le dijo: Ah! Son picaduras de pulgas, no se preocupe! póngase esta pomada y se le curarán. De inmediato sacó la conclusión que mi compañera de oficina trabajaba en una ámbito laboral donde había animales. Ella le explicó que no, que trabaja en una oficina en pleno centro financiero de Barcelona y que las pulgas le habían picado en la oficina. Cuando llegó al curro rápidamente se extendió el bulo entre los sufridos trabajadores de que una plaga de pulgas estaba atancando el mismo corazón de la empresa, sin duda, envíada por malignos emisarios de la competencia. Los picores y espamos musculares entre mis compañeros y compañeras empezaron a producirse al instante y una histeria colectiva se apoderó de 30 seres humanos provocada por un animal que mide menos de un milímetro y pesa nanogramos... Unos cuantos valientes actuaron rápidamente; se pusieron manos a la obra y decidieron que una fumigación de urgencia eliminaría el problema de raíz. Otros, todavía más valientes (entre los que me incluyo), se fueron al bar a pasar el resto de la jornada laboral reflexionando sobre una estrategia de ataque más eficaz...
La sorpresa ha sido cuando esta mañana, al entrar en la oficina, un montón de animalitos tan urbanos como nosotros, con el mismo derecho a vivir que nosotros y con la misma mala hostia que nosotros, corrían histéricos y asustados por los pasillos y despachos, ya que, nosotros, los animales superiores, los seres racionales, la máxima expresión de la naturaleza habíamos echado a esos inofensivos bichos de su ecosistema y ellos, sabiamente, habían decidido ocupar el nuestro hasta nuevo aviso...


Así que seguiré rascándome... Hasta el infinito y más allá...

miércoles, 15 de noviembre de 2006

Little Britain


Hacía bastante tiempo que no llegaba a ninguno de nuestros culturales canales de televisión alguna serie inglesa que fuera más o menos aceptable. Muchos de vosotros recordaréis con grandes dosis de nostalgia, pasión y descojone colectivo míticas series de la pérfida Albión estupendamente escritas, producidas e interpretadas como The young ones (Els joves), Black Adder (l'escurçó negre) o Fawlty Towers (L'hotel fawlty). Eran comedias caóticas y punkies, desmitificadoras de la Historia y que supuraban ironía y crítica social en clave de humor hasta límites insospechados. Todas ellas fueron emitidas con gran éxito en los inicios de TV3 y sus personajes junto con el genial humor que destilaban, marcaron el imaginario colectivo de una generación en la cual me incluyo con orgullo y pena a partes iguales. Pues bien, los que admirábamos esa clase de series, de humor y de tontería crónica estamos de enhorabuena. Desde hace cierto tiempo, Canal + está emitiendo una serie buenísima, irreverente, llena de parodia y sátira de todo lo políticamente correcto en la Gran Bretaña posmoderna.

Little Britain es una serie de gags seguidos sin ningún nexo entre ellos. Una voz en off nos sitúa en la vida cotidiana del país, sus gentes y sus costrumbres en general. Dos cómicos buenísimos, Matt Lucas y David Williams, interpretan toda una galería de personajes estrambóticos pero perfectamente identificables en nuestras vidas: un falso minusválido que va en silla de ruedas por pura pereza, un gay orgulloso en un pueblo perdido de Gales, una obesa monitora de terapias de adelgazamiento, una inútil secretaria de banco y agencias de viaje y muchos otros son los brutales personajes de la comedia.

Pue bien, desde mi humilde zulo os recomiendo una buena sesión de risoterapia viendo, por fin, algo en la tele bueno de verdad. Sí, lo sé, es muy fácil criticar a la tele, y también sé que hay series y programas excelentes pero últimamente por la mayoría de ellos hacen pagar... Hacerme caso y ya veréis como cuando salgáis a la calle después de ver un capítulo pensaréis en esos venerables ciudadanos como vosotros de otra manera.

No os arrepentiréis...


Cualquier tiempo pasado fue peor


Antes de nada, os pido perdón por mi larga e injustificada ausencia del mundo blog. Muchos han sido los motivos y excusas que os he ido dando a las miles y miles de personas que reclamaban, ¿qué digo reclamaban? Exigían, suplicaban y se avalanzaban sobre mí en cualquier esquina de la ciudad pidiéndome de una maldita vez el famoso post, el POST en mayúscula, la madre de todos los post's, el SUPERPOST!!! Pues aquí lo tenéis! La sabiduría popular pocas veces se equivoca y, efectivamente, lo bueno se hace esperar. Nunca mejor dicho como en mi caso, pues voy a empezar con algo de lo que verdaderamente me siento bastante cualificado: el arte de destripar, destrozar, criticar y no dejar títere con cabeza de todo aquello que no me gusta, que me produce picor, que me pone de mala leche, los pelos de punta, que me estafa, o que simplemente no soporto.
¿Y porqué no empezar por la musica? Sí amigos, la música y las bandas de música. Ese extraño mundo del pop, del rock, del heavy, del tecno y de la zarzuela. De los grupos y de los conciertos, de las discotheques y de Glenn Medeiros Un mundo donde la gente mitifica sus gustos hasta la locura, y lo malo o lo mediocre se puede convertir en sublime gracias a los gritos histéricos de unos cuantos fans integristas. Una buena canción esporádica, un buen disco entre más de 20, o unos buenos publicistas pueden ser determinantes para hacerte caer en la trampa... En la trampa de comprarte durante tu tierna adolescencia toda la discografía de un grupo, creyendo que jamás existirá nada tan bueno, que la inversión económica que haces en la compra de cd's (era otra época) es infinitamente más productiva que comprar acciones de Google o Iberdrola (por cierto, subirán...). Que el grupo en cuestión y su líder es algo parecido al advenimiento del mesías en forma de rokero. Sí, no hay duda, eso es lo que le pasó a un servidor con un nefasto grupo de música llamado U2 que marcó mi protoadolescencia, mi adolescencia y mi postadolescencia y que me sigue persiguiendo en sueños por pasillos oscuros...
Lo siento por los que todavía os guste la banda irlandesa, sé que soys legiones (ya cambiaréis...), pero creo que no me equivoco cuando os digo que los cuatro de Dublín son una de las mayores estafas de la historia de la música. U2 responde al típico grupo que en un primer momento te puede apasionar, seducir su estética, su música y su estilo; sobretodo cuando eres joven y inocente, y lo único que quieres es ser guay. Pero conforme van pasando los años esos temas que te parecían maravillosos, se van convirtiendo en canciones de lo más simples, donde todos los acordes te van sonando a otra música mucho mejor que la de ellos. Con el tiempo vas viendo que las gafas de Bono no son nada cool, sino totalmente horteras. Que el álbum "Pop" es de los peores de la historia de la música (bueno, reconozco que tal vez algo de Enrique y Ana sea peor). Que copian descaradamente en sus videos a otros grupos como es el caso de "where the streets have no name". Que ellos mismos se autoparodian volviendo a grabar otro video igual, hace poco (no sé para qué canción, pero... ¿qué importa?). Que destrozaron canciones tan hermosas como "I cant’t help falling in love with you” o “Knocking on heavens door”. Que no paran de aparecer libros y biografías sobre U2 con la de música fantástica que hay por el mundo. O que el ultrapasteloso hit de los 80 con el que muchos de nosotros crecimos "With or without you" , Dios! es peor que comerse tres barras seguidas de turrón de Xixona!
En fin podría seguir hasta el infinito, pero voy a parar aquí, aunque creo que con Coldplay me volverá a pasar lo mismo. Seguro que algunos de vosotros tenéis también unas cuantas razones para amarlos o detestarlos. Todas serán bienvenidas, eso os lo aseguro. Incluso estaría dispuesto a cambiar de opinión.

I will follow...