lunes, 30 de abril de 2007

Supera tus temores




¡¡¡¡Ahhhggg, voy a moriiiiirrr!!!

viernes, 27 de abril de 2007

Momentos estelares de la biología


Parafraseando con su permiso (o sin él) a ese prodigio de la rebelión llamado Antitot y a su vez al estupendo Stefan Zweig (a este no le pido permiso), en esta foto tenéis un momento estelar de la biología. Efectivamente, es una gata aunque podría ser un hamster o un colibrí peludo. Tiene dos cabezas y nació ayer en una localidad de Badajoz. Salvando las diferencias, a mí me recuerda al bicho que sale en La Cosa en el momento en que decide presentarse en sociedad. Aun así no os precipitéis, guardad las antorchas y las hozes que el monstruo es inofensivo, incluso podría ser una monada que lo único que quiere en este mundo es un poco de cariño y comprensión. Acepto parecidos razonables en los comentarios, pero no vale decir que es Mr. Q bostezando de buena mañana...

jueves, 19 de abril de 2007

Recuerda su nombre



Defino arte segunda parte.

PD: Actualizo el video en otro portal porque los perracos de Audivisual Sport han retirado el video del gol de Youtube

lunes, 16 de abril de 2007

Nuestras excentricidades favoritas


Siempre he tenido una extraña relación de admiración-repulsión con los excéntricos y sus cosillas que nunca he acabado de entender. Sus manías, y la forma en que son representadas, siempre me han remitido a algo ancestral, a una especie de llamada de lo salvaje del paleocerebro que hacía que cualquier persona con un buen grado de "rarezas" pudiera desarrollar una especie de bloqueo mental hacía la vergüenza que le permitía realizar unas peculiares actividades que yo jamás podría hacer, ni tan siquiera con un buen tazón de colo-cao lisérgico en mi cuerpo.
No me refiero a famosillos de tres al cuarto con ganas de dar la nota tipo Britney Spears, Axel Rose y demás folclóricos de medio pelo que se hacen llenar las habitaciones de los hoteles con toneladas de zumo de pomelo con refrigerante de coche, o de sábanas de seda hechas con gusanos del delta del Mekong. Hablo de auténticos excéntricos, de esos que han dejado un granito de algo en nuestro mundo y que, algunos incapaces como yo, nunca los recuerdan por sus méritos, sino por su original "filosofía existencial".

Una vez más, aquí os dejo un degenerado ránquing de excentricidades o costumbres de algunos tipos que seguro que os suenan:

1.- Desde los confines del averno aparece su satánica majestad Keith Richards para meterse las cenizas de su finado padre directamente por la tocha y encima quejarse que no le sube. Keith, ¿fue antes o después de cambiarte la sangre? ¿O fue el cerebro?

2.- Larry Wachowski: un cosa tenemos que reconocer, no acostumbra a ser lo más habitual que el director de una de la pelis más importantes de la ciencia ficción contemporánea, que ha cambiado visualmente la manera de entender el género, haya decidido cambiarse de sexo después de la visita a un antro sadomasoquista de West Hollywood. Allí se enamoró perdidamente de Karin Winslow, una mujer cuyo nombre de guerra es Ilsa Stix y que cita entre sus grandes logros haber conseguido clavar 333 agujas en un solo pene. La historia sigue, pero el otro "La" se merece sin duda entrar directamente en el top five bizarro.

3.- Probablemente el coprófilo más universal después de ¿Divine? La verdad es que el bueno de James Joyce se lleva la palma: entre sus respetables costumbres destacaba su pasión para que su mujer lo golpeara y lo dominara (algo que últimamente raya la normalidad más ordinaria). Se pirraba porque su chica tuviera la ropa interior manchada o sucia, pero lo que de verdad le hacía tilín-tilín del bueno eran las capacidades excretoras de la que fue su señora, Nora Barnacle. Parece ser que se ponía perdido de contento...

4.- Siguiendo con apectos gástricos, un clásico ibérico del ecosistema intestinal era el nobel don Camilo José Cela y su extraña capacidad de succión anal. Independientemente de sus aptitudes literarias, os habéis parado a pensar qué pueden pensar en el extranjero de un país en el que uno de sus "máximos representantes culturales" es una persona que se vanagloria de ser capaz de absorber con el culo un par de litros de agua de una palangana, y volver a expulsarlos? Os aseguro que nunca ha salido en crónicas marcianas y que el tío era un genio, pero, ¿cómo le explico yo todo esto a mi amigo Peter de Dublín? Bah, no importa, viendo lo de Joyce creo que ya tiene bastante con lo suyo...

5.- Y por último, el excéntrico por antonomasia, el padre de todos los excéntricos del mundo, el nostre excèntric més universal, Salvador Daaaaaaalííííi!!! Entre sus muchas historias siempre me ha hecho mucha gracia la que Michael Chabon plasmó en su mejor libro "Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay" en la que cuenta como el tío aparecía en las fiestas más sofisticadas de New York con un traje completo de buzo con escafandra, y como se acercaba a saludar a sus anfitriones caminando como un zombi, mientras un esbirro de su troupe le bombeaba aire a su interior para que no muriera de asfixia.

Bueno amiguetes, hasta aquí llego con la poca materia gris que me queda, pero seré todo orejas para saber qué excentricidades conocéis vosotros porque seguro que son buenas y sórdidas, las que molan de verdad para qué engañarnos. Mientras, con vuestro permiso, yo me iré a pasear un rato en bolas por las Ramblas con corbata y sombrero de bombín mientras me tomo el té de las cinco...

PD: ¡¡¡Soys todos unos mamones!!! He tenido que redactar de memoria todo el p*** post porque seguro que alguno de vosotros está haciendo budú con el blog y la entrada no se había publicado. ¿Qué haría yo sin vuestra ternura y comprensión? Suckers...

jueves, 12 de abril de 2007

¿Alguien ha perdido una mano?



Yo creo que es la mano de La Familia Adams que pasaba por allí, pero, si alguien de vosotros cree que es la mano de Dios, la mano que mece la cuna o Manowar, que se ponga en contacto con esa simpática lagartija del zoo de Taiwan que seguro que atiende todas vuestras dudas con una desmesurada sonrisa.
En todo caso, si esta noche encontráis a faltar unos dedillos en ese momento tan tonto en que necesitamos relajar la musculatura, pensad que la naturaleza es sabia y que de casi todo nos hizo dos y simétrico. Bueno, de todo no, aunque hubiera sido tan divertido...

jueves, 5 de abril de 2007

Tiempos modernos



A muy poca gente le gusta trabajar.
Todo el mundo se caga permanentemente, y con razón, en el jefe que le ha tocado soportar, en lo poco que cobra, en lo mucho que curra, en las pésimas condiciones de trabajo o en la halitosis de su compañero. La conclusión lógica es que a nadie le gusta su trabajo; pero ¿por qué? Básicamente porque el ser humano no ha sido diseñado para obedecer, ni mucho menos para partirse la crisma trabajando para llegar a final de mes o para que el banco no se quede con tu casa. Y por otra causa también, porque cuando éramos niños nos vendieron una de esas muchas motos que ni tan siquiera llegó a arrancar, en la que se nos aseguraba que el trabajo dignifica, que el trabajo te hace madurar, que teníamos que estudiar mucho para encontrar un buen trabajo y blablabla... Y una leche. Las personas servimos para crear cosas, reproducirnos y ver Los Simpson. Y punto.
Probablemente sólo existan tres clases de personas a las que les guste cada mañana levantarse con alegría para producir bienes de consumo totalmente innecesarios que ayuden a que el planeta reviente de Co2: a) Los futbolistas de élite (qué vida tan dura, muchachos); b) Los trabajadores de Google (la última esperanza blanca); c) Los narcotraficantes (vosotros si que sabéis, condenaos, ¡uy!...)

Aún así, un halo de esperanza se cierne sobre esta nueva fase del capitalismo, ¿en cuál estamos, Karl? Parece que el espíritu del utópico Robert Owen ha sobrevido paradojicamente de la mano de una de las empresas con más beneficios del mundo, y de la que todos vosotros picoteais algo cada día: Google.
Os lo confieso, una envidia insana me corroe cuando leo noticias como la de hace unos días en la que se informa de todos los derechos que disfruta el currante de esa empresa californiana: comida gratis preparada por un buen cocinero cada día, una pared de escalada, una cancha de voleibol, dos piscinas, lavado de coches, cambio de aceite (ese no, cochinos...), peluquería, servicio de masajes (mira que soys guarros...), guardería para los hijos de los trabajadores, revisiones médicas gratuitas. El transporte hasta la empresa también es casi igual de agradable que nuestros viajes en metro a diario: 32 autobuses equipados con asientos de cuero y acceso inalámbrico a Internet. Se permite llevar bicicletas en los portaequipajes exteriores, y perros en los asientos de delante. Estudian las mejoras rutas en función del domicilio de los trabajadores para no perder los nervios en atascos innecesarios, etc. Y como no podía ser de otra manera, los autobuses funcionan con biodiesel y son gratuitos.

Yo, cuando era pequeño, no soñaba con tener las condiciones laborales de Google, pero sí que me llegué a tragar que al menos trabajaría en algo que me gustase, aunque la verdad, hace bastante tiempo que asumí que el mundo laboral es un asco, evidentemente menos aquí que en países donde se sufre de verdad, pero un asco a fin de cuentas. Siempre habrá alguien que se sienta más o menos cómodo con su trabajo, pero desengañaos, todos, pastosos y pelaos, preferirían tomarse unos buenos rusos blancos en alguna playa de Bali en compañía de ella o él, que estar ocho horas o más aguantando las soplapolleces de la sociedad de consumo.
Así que sólo me queda deciros que, como dijo alguien por estas fechas en Palestina hace un poco más de 2000 años, "¡tempus fugit, Iesus!" Y seguiré el ejemplo de mi único rey Rubianes, porque esto no hay quien lo aguante...