miércoles, 24 de enero de 2007

Algo se muere en el alma...



Siento un escalofrío cada vez que contemplo lo que había sido mi vieja universidad. Fea, inhóspita, franquista en su arquitectura y con el café/laxante más eficaz que jamás haya transportado el burro de Juan Valdés. Era tan horrorosa como un R11 tuneado. Pero no tenía otra. Era la mía...

Todos sabíamos que nuestra querida "fac" había sido condenada a muerte de antemano, pero nadie creería que muchos de los que pasamos por esos pasillos, aulas e inodoros habíamos dejado un buen pedazo de nuestras vidas en forma de recuerdos, carcajadas, desvaríos pseudointelectuales y cientos de chinas de costo perdidas por ese asombroso bar plagado de, ¿estudiantes?, bueno, básicamente por gente a los que podríamos definir sin ningún tipo de conflicto moral como vagos y maleantes...

Un par de nuevos edificios sin alma del llamado parc científic reemplazarán los módulos de aquel entrañable parc etílic... Sin embargo, como en realidad los edificios se definen por las personas que los ocupan, esas nuevas y virginales paredes blancas nunca podrán decir que viajaron junto a Heródoto, que se tomaron unas pintas con Hume, que pasaron hambre junto a Malinowski o que creyeron que Humboldt era el central titular de Bayern de Munich...

Así que, un "sentío" homenaje a todos los valientes perturbados a los que conocí en esa granja del saber. Cuando se invente la máquina del tiempo volveremos a encontrarnos amigos...

Gaudeamus igitur!

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Tristes y melancólicas palabras en un día de enero gris y frío como el que hoy nos ocupa, bajo la amenaza de la nieve que no llega... Que duro es ver el cambio de aquello que fue un refugio en algún momento para uno u otro... a todos nos pasa. Ese "malbien" llamado progreso dice embellecer aquello que se considera fuera de este concepto...

No te apures, siempre puedes recoger una piedra de sus alrededores, y por un instante, sosteniéndola en tu mano rellenarla con todos esos recuerdos y sentimientos de una época que fue y que aunque nunca vuelva a ser siempre te acompañará. Guárdala después en la estantería más alta, así cuando veas la foto del derribo si escuchas atentamente el interior de lo que a ojos de muchos sólo verán como un pedrusco, quizás tú, agudizando el oído, llegues a escuchar ecos lejanos de las carpetas, huelas el humo de sus pasillos y las voces de aquellos que te arrancaron una sonrisa.

Y es que de todo siempre nos quedará el recuerdo... eso sí, el día que el recuerdo nos deje... mejor que perdamos la cordura para no sentir el helado vacío que sólo nos puede llevar al lamento...

Un abrazo des del frío invierno.

P.S. (segunda estrofa...)
Ubi sunt qui ante nos
in mundo fuere?
Vadite ad superos,
transite ad inferos,
ubi iam fuere.

Anónimo dijo...

Que mala es la nostalgia...

No si aún lloraremos como magdalenas cuando echen abajo el jodido Maragall...

Lo bonito son los recuerdos vividos allí pero lo que es el edificio tío... Eso era un truñaco del 15!!! Like the Maragall!
Recuerdas el patio del Maragall? Vivimos momentós épicos allí(lanzamiento de huevos a los primerizos incluído) pero cualquier inspector de educación con medio dedo de frente que pasara por allí prohibiría cualquier práctica deportiva en semejante campo de minas. Yo todavía no me explico como hacíamos allí Educación física y entrenábamos a baloncesto.

Míralo por el lado bueno: los 4 colgaos que quedan escogiendo historia en la preinscripción universitaria seguro que están más recogiditos y confortables en su nuevo emplazamiento, que aquello ya les venía muy grande.

No tengas miedo al progreso!! Seguro que algún constructor y un par o tres de políticos algo más pastosos tras el derrumbe corroboraran mis tesis.

Quoèlet dijo...

Sin duda Haruka, el recuerdo, a poder ser sin nostalgia, es uno de los grandes inventos de la especie humana... Casi casi está a la misma altura que la sensación de rascarse cuando pica hasta que duele, que gustito da...

La verdad es que fue una gran época, sobre todo los dos primeros años en los que no trabajaba y tenía tiempo para disfrutar del ambiente. La paradoja del asunto es que siempre estábamos montando pollos para que nos construyeran la nueva facultad, ya que nos estaban quitando nuestro espacio sin que nos construyeran uno alternativo. Recuerdo como boicoteamos las obras del parc científic con otro de los perturbados que también se pasa por este blog y nos sientamos ¡¡¡Super Chungos!!! Pues eso amiga, que los misterios de las nostalgia son inexcrutables.

Quoèlet dijo...

Tronco, yo cuando tiren al suelo ese instituto descorcharé la botella de cava que tengo guardada para las ocasiones especiales. Me costó un montón superar la acidez de estómago cada vez que pasaba por esa acera...Puaj!
Vaya patio, tío, vaya patio... Si aquello era un campo de coles. Y, ¿para qué cojones hacíamos estiramientos si después nos podíamos romper el tobillo? Vamos hombre, vamos! Y del RAFA??? Qué me dices del Rafa y tus comenarios en el vestuario? Ahhh.. Que me parto la caja!!! Eso si que es un momento Larry David de los buenos: cómo aprender a cagarla en tu equipo de baloncesto por David Square. Mítico, tío, mítico.

En cuanto a la facultad nueva, a mí el edificio me parece un mamotreto enorme sin personalidad en medio de mi rawalistán. Al menos espero que las instalaciones estén bien, y que no te ases en verano ni te congeles en invierno. Sólo con eso ya habrán ganado los cuatro mohicanos que todavía hacen esas carreras de extraordinarias salidas profesionales...

Anónimo dijo...

Mr.Q,

Anda que comparar el recuerdo con el gustillo de rascarse... ya te vale... aunque razón tenerla la tienes ;)!

Sé de fuente fidedigna que el nuevo edificio de los seres que estudian historia está bien equipado... eso sí, su biblioteca lidera los robos universitarios!

Espero que estés disfrutando los días de vacaciones ¬_¬... que rabia das XD!

P.S. Por cierto no sé porque estos días me da la sensación de que tengo más xiclets que nunca... deben ser alucinaciones mías!

Josep Maria Augé dijo...

Bònica metafora que posa en evidència el futur de les humanitats: quedar destruïdes, ensorrades..pel Don Dinero que genera la ciència...

Com tb molt gràfica la metàfora de la nova facultat: asèptica, sense personalitat, de rictus carcelari i entaforada en un indret traçat en tiralínies sense ànima...

Així són les carreres d'humanitats: molt boniques sobre el paper...però desalmades en la realitat...

Anónimo dijo...

Joder, es que soltarle en el vestuario al nuevo jugador de turno (creo recordar que era el Cristian, no?) que tenía minutos porque el mister se lo quería pasar por la piedra, que ya estaba cansado de encular gallinas mientras el cabronazo estaba allí poniendo la oreja fue memorable.
Creo que en el partido siguiente solo jugué uno o dos minutos.

Y es que el pavo era pa verlo, con la hucha al aire, siempre subiéndose los pantalones y sobando a la peña... Pero tito, lo mejor era cuando nos invitaba a tí, al Dani y a mí a los "nues" en el Kentucky... Vaya tela!! JA! JA! Me estoy acordando y no puedo parar de reir... Que tío!

Yo todavía recuerdo cuando me picó al timbre en nochevieja para devolverme el DNI, "trajeado" y con su family esperando en un 124 granate a rebosar... Que miedo! Te juro que pensé que venía a proponerme que me fuera de fiesta con ellos o que sé yo...

Anónimo dijo...

26 o 27 de septiembre de 1997, no recuerdo exactamente la fecha. Barcelona, Facultad de Geografía e Historia. Sobre las 11 de la mañana. Clase de Prehistoria a cargo de la doctora María de los Ángeles Rincón. Sueño, mucho sueño después de haberme pasado dos años estudiando por la tarde.
Clase llena hasta la bandera de novatos primerizpos en lides universitarias. Consigo sentarme en lugar intermedio de la gran clase; ni demasiado cerca del profe ni demasiado lejos, ligeramente escorado hacia el pasillo.
11:15, hace un cuarto de hora que ha empezado la clase. Se abre la puerta y entra un tipo con cara de colgado, pelito un poco largo (sin estridencias) y unos walkman puestos. "El colgado que siempre llega tarde" pensé. Total, que el individuo, con la legaña pertinente asoimando por el ojo, se siente a mi lado. En eso que la doctora Rincón dice no sé qué y yo digo no sé cuantos... Descojone con el tipo de mi lado seguido de una sesión de cachondeitos varios espetados contra la profesora, en voz baja, porque además de graciosillos éramos prudentes y no era cuestión de joder la marrana al principio de curso.
Bueno, pues aquel encuentro fortuito con el susodicho prenda ha degenerado en una relación podría decirse que sentimental aunque sin mariconeos con el susodicho elemento.
Amistad que fue afianzándose entre la caferterái de la Faculta de Historia y el Bar del padre de David C. (juasjuas9: Lo que sí me quedará siempre es un recuerdo sazonado con grandes dosis de cariño de aquella vieja y vetusta facultad tardoifranquista. Allí hice amigos, consumí todo tipo de estupefacientes y lleguer a echar más de un polvete en el local del sindicato de estudiantes de turno.
Jugamos al mayo del 68 y nos lo pasamos bien. Además, aprendimos que pese a tener una carrera del todo inservible en la vida moderna, no hay ni Dios que nos gane al Trivial.
En fin, que así es la vida. Un recuerdo y un abrazo desde aquí a Jordi, Íñigo, Juanjo, Toni, Robert, Úrsula, Amanda, Sergios (x2), Alex y demás fauna de aquella maravillosa casa de locos.

Pearl dijo...

Aquellos Maravillosos Años

Aaaah... Bueno se acabo.
Parecia una leyenda urbana. ¿Cuántos años oyendo: "el año que viene nos mudamos al raval" o aquella bromita de: " a este paso acabaré la carrera en la nueva facultad... jajajaja" (broma por cierto ya no tan graciosa para algun@s)? Tantos años quejándonos: "que frío que hace, vaya facultad de mierda que no funciona la calefacción" o "joder, se ha vuelto a estropear el ascensor... y tengo que subir a pied diez pisos para ver la nota de Antigua". Y yo me pregunto: ¿qué habrá pasado con la gatita?

Enfin... ¿curso nuevo, vida nueva? Para los que tenéis la suerto de no haber sufrido ni el traslado ni el cambio en general... La nueva facultad, rebautizada por profesores y alumnos como ALCATRAZ o SUBMARINO NUCLEAR, es fría e impersonal no sólo por su estructura sinó por su bar y su ubicación. La gente no se queda allí a entablar entrañables amistades.

Enfín... siempre nos quedará... la antigua... que ha dejado huella en nosotros así como la gente conocida allí... amigos y conocidos que nos han hecho crecer a todos como personas.

I get by with a little help from my friends

Sigo pensando que merecíamos mejor nota... aunque solo fuera por habernos tragado propaganda franquista para niños de parvulitos...

Besos

Quoèlet dijo...

Snif, snif.. Usuario anónimo siempre tocando la fibra sensible con sus acertadas palabras. Fueron unos buenos años, sí señor.
Sobretodo los dos primeros cuando, según la matrícula, entrábamos a las 9 de la mañana, pero no aparecíamos por allá hasta la hora de comer...
Y aquí estamos... Tan sabios y tan inteligentes, oye!!!

Quoèlet dijo...

Amiga Janis Joplin!!! Muchas gracias por tu visita!!! Hace tiempo que te tenía que haber contestado pero llevo un par de meses con la internete totalmente abandonada, escusez-moi!!!
Gran definición la de Alcatraz. La de submarino nuclear no la tengo tan clara aunque depende de los niveles de radiaciones negativas que desprenda el nuevo edificio todo podría ser... El bar...ese espacio es el más importante. Es el alma de cualquier universidad que se precie. Sin bar no hay cates, y sin cates no hay universidad pública, pues cada vez estoy más convencido que una gran parte de los ingresos proviene de la cantidad de veces que los pardillos como nosotros llegamos a hacer una misma asignatura año tras año con sus correspondientes suplementos...

Bueno, si todavía estás por ahí sólo espero que cuando te cruces con la De Cabo por los pasillos el suelo esté bien encerado y el costalazo de la tipa sea de los guapos... ;o)))

Un besazo y cuando tenga un momentín me paso por tu blog!!!

Anónimo dijo...

"Jugamos al mayo del 68 y nos lo pasamos bien."

Unos adoptamos la ética y la estética, y otros se quedan en la estética. Unos tuvimos convicciones y otros jugaban. Así les luce el pelo a algunos hoy.